
Las empresas familiares componen actualmente la base del sistema económico de nuestro país, son la fuente generadora de la mayor parte de empleo en nuestra sociedad y constituyen un elemento de cohesión social.
La realidad de estas empresas familiares es que cada vez tienen más situaciones complejas que afrontar, una de ellas es la sucesión en la misma empresa, esta evolución puede parecer sencilla pero tiene ciertos matices a tener en cuenta para que sea efectuada con éxito y que la empresa no se resienta. La característica principal que distingue a la mayoría de las empresas familiares es la creación de un sentido de pertenencia, que motiva a que el objetivo a cumplir sea una cuestión común entre todos sus miembros.
La “transición generacional” de la que estamos hablando es una de las situaciones más difíciles dentro de este tipo de empresas, puesto que existe el miedo de que se puedan producir situaciones como carencia de liderazgo y desconocimiento de las operaciones de la empresa, situaciones que puedan llevar a que la empresa no supere la transición y acabe desapareciendo. Para que no se produzca lo anterior y lograr continuar adelante con la empresa es conveniente la creación de un Protocolo Familiar dentro de la Empresa.
El Protocolo Familiar es una herramienta que permite administrar toda problemática que se plantee en la Transición, es un acuerdo celebrado entre los socios o los miembros de la familia, cuyo objetivo es sentar las bases para trabajar en la familia y poder preservar su continuidad y que ayude al crecimiento de la misma. Para que el Protocolo se pueda llevar a cabo debemos tener en cuenta una serie de factores o de características, unanimidad en el acuerdo, todos los miembros deben estar de acuerdo, el contenido del acuerdo debe estar perfectamente delimitado en cuanto a la composición y las funciones de cada uno de los miembros de la empresa, debe existir cierta flexibilidad dentro del acuerdo para poder adaptarse a las circunstancias cambiantes del tiempo.
Lo conveniente para este tipo de acuerdos, sería primero incorporarlos a los Estatutos Sociales de la empresa, o bien, Acuerdos Parasociales y posteriormente registrarlo en el Registro Mercantil, puesto que de esta manera el contenido del mismo será vinculante para todo aquel que lo firme, lo que puede acarrear consecuencias legales si se incumplen las condiciones marcadas en el Protocolo, lo que dota de mayor seguridad al acuerdo.
Los Protocolos Familiares vienen regulados en el Real Decreto 171/2007, de 9 de Febrero por que se regula la publicidad de los protocolos familiares, que da una seguridad y beneficia a la empresa familiar a generar una imagen de solidez, eficacia y profesionalidad.
En lo referente al contenido de los Protocolos debemos señalar algunas cláusulas que deben ser incluidas como por ejemplo:
- Los derechos y obligaciones de los miembros de la familia con la empresa: tales como titularidad de las participaciones, reparto de dividendos, régimen de sucesión de los miembros de la familia y las condiciones para disponer de las participaciones o acciones de la empresa.
- La política de contratación y retribución de los miembros de la familia en la empresa. La creación y funcionamiento de los órganos sociales de carácter familiar.
- Régimen de Contratación de un asesor externo.
- Mecanismos de resolución de conflictos y régimen sancionador, como medida para evitar acudir a los tribunales, la inclusión del sometimiento al arbitraje en caso de conflicto ayudará a llegar a acuerdos de una manera mucho más rápida.
Con un plan de transición o los Protocolos familiares se ayuda a garantizar que una situación como la sucesión en este tipo de empresas no afecte al buen desarrollo de la misma y además puede ser una gran oportunidad para que la empresa se vea reforzada. Desde Víctor López Rodríguez Abogados y ALALZA Asesores podemos ayudarte con el proceso de sucesión en la empresa familiar y contribuir a continuar cosechando éxitos.